Un hombre fue a ver a un sabio para que le aconsejase sobre un problema. Resulta que le había prestado una moneda de plata a un conocido y este rehusaba a devolvérsela, con el inconveniente de que no tenia ningún testigo del préstamo.
El sabio se quedó pensando un rato, y le dijo:
Ve a ver a ese hombre con unos amigos, y delante de ellos pídele que te devuelva las diez monedas de plata.
Pero si solo le presté una moneda, replicó el hombre.
Eso mismo te dirá el, que solo le prestaste una moneda y lo hará delante de tus amigos. Entonces podrás obligarlo a que te pague.
Fuente: Los mejores cuentos de las tradiciones de oriente
Como gestor no debemos prestar una moneda, debemos enseñar y facilitar las condiciones para generarla, así nos aseguraremos de que en realidad necesitan la moneda.
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