Cada líder de grupo, capataz, gerente, o titular de una empresa, se siente Coach en acto o en potencia, aunque no haya modificado los ejes fundamentales de sus intervenciones en base a ninguna directriz teórica. ¿Cómo se delimita la acción que realiza un Coach, o qué significa Coaching y cuáles son sus alcances? Lo explica Dionisio Melo, un conocido experto en el tema.
1. Las cosas por su nombre.
“Coaching es un proceso bien determinado, que tiene puntos de partida y de llegada”.En la medida en que mediante un proceso se ayuda a las personas a establecer con precisión sus objetivos y a proponerse un lapso para alcanzarlos, no es acertado sostener que no se puede definir lo que significa la palabra. Las metas a alcanzar pueden incluir desde el abordaje de un problema de interacción personal hasta el objetivo de lograr metas profesionales.
2. No todo es mensurable.
“Lo que resulta diferente, y esto puede confundir, es que el corazón del proceso es el potencial de una persona. Por lo tanto, el éxito no es fácil de cuantificar”. Cuántos puntos, por ejemplo, se asigna a una conducta acertada? Esta dificultad, tan antigua como las ciencias sociales, muestra uno de los escollos verdaderos con los que se enfrenta el Coach.
3. Se trata de una relación con un plazo definido de tiempo.
“Tiene una duración determinada y trata cuestiones específicas, cuyos resultados son observables en cada punto del camino” El tiempo establecido de la relación, algo que diferencia a un Coach de un mentor o de un terapeuta, (con quien hay otras diferencias que se puntualizan) es que en el segundo caso se trata de vínculos prolongados, a largo plazo, donde las metas se van transformando a medida que se cumplen o que se abandonan por otras.
En este caso el ejemplo al que recurre Melo es el del hermano mayor: “que va a ayudar en cualquier tema y por el tiempo durante el cual sea necesario”, dice
4. Se brinda herramientas para que las personas manejen situaciones por sí mismas.
“Es asegurarse de que alguien alcance ciertos niveles de desempeño. Ayudar a esa persona a manejar los problemas por sí misma.”
No se trata de hacer feliz a la gente sino de lograr que se haga algo. Este objetivo tiene relación con la misión de la organización y requiere dos miradas: “miro, desde atrás, el trabajo que está haciendo una persona, y después miro a la persona”.
5. El Coach no se involucra desde el punto de vista emocional.
“Un Coach dice ‘Esto es lo que usted dijo que haría, y no lo está haciendo”.La expresión no contiene una valoración subjetiva sino la descripción de un hecho concreto. Un tutor o mentor, en cambio, si alguien no cumple con un compromiso, es probable que le haga saber: “Siento desilusión por su desempeño”. En este caso, el compromiso emocional es mayor y se juegan otras valoraciones simbólicas que se tratan de dejar fuera del Coaching.
6. No se trata de alabar los éxitos.
“Un Coach no alaba los esfuerzos de un individuo; ayuda a la gente a entender que deben cambiar para alcanzar sus objetivos profesionales”. Señala que muchos capataces o dirigentes piensan que el coaching equivale a alentar a un equipo que está en medio de una disputa en un campo de juego, en el deporte que uno quiera imaginar. A diferencia de este caso, el Coach hace al comienzo un análisis real de las debilidades y fortalezas, descubre qué quiere lograr la gente y la ayuda a llegar a ese punto.
7. Se trata de un proceso que demanda tiempo y compromiso.
“Un proceso de Coaching puede durar entre tres meses y dos años, según lo que quiera lograr la persona asistido por el Coach. Durante el período de la relación, invertirá por lo menos entre 30 y 45 minutos por semana. Ese es el tiempo que usted emplea para verificar si alguien realizó la tarea solicitada, y para pensar en los próximos pasos que esa persona debe dar.”
El Coaching llevará tiempo, y es bueno saberlo de antemano, pero será una tarea que a largo plazo ayudará a ahorrarlo, a partir de un mejor aprovechamiento del mismo. “A largo plazo, la recompensa es mucho mayor porque el Coaching promueve la independencia en la gente.” Se promueve la resolución de los problemas por sí mismos.
8. El coaching apunta al futuro y no pone su foco en resolver las cuestiones del pasado.
"Un Coach, como cualquier hombre de negocios, debe entender algo de psicología porque está obligado a motivar a la gente. Pero el Coaching pone el foco en lo que hay que hacer de cara al futuro, y no en los problemas ocultos en el pasado.” Si bien cualquier actividad exitosa en el mundo de los negocios torna más que válido el manejo de ciertos conocimientos de psicología, ésta suele centrar sus análisis en la puesta en presente de sucesos ocurridos en el pasado; el coaching, por el contrario, se ancla en el presente para poner su foco hacia el futuro.
9. No puede pensarse en términos de fórmula mágica
“No hay una receta que se adapte a todas las necesidades. Así como los individuos y sus metas son diferentes, también es diferente lo que cada persona debe aprender para alcanzarlas”. Se trata, como se señaló, de un proceso, que como tal supone un grado de interacción entre las partes que lo transitan, y en esa interacción, hay variaciones en las conductas de ambas parte. Quienes se ajustan de manera estricta a un programa están asegurando su fracaso.
10. Muchos empleados sienten más lealtad si se los capacita.
“Si bien algunos empleados se irán luego de hacer Coaching en busca de nuevas metas, muchos otros sentirán más lealtad hacia una organización que está interesada en el desarrollo profesional de su gente”.
El temor no es infundado: Algunas personas querrán irse y, cualquiera sea el motivo, es imposible detenerlas. Pero la mayor parte de la gente tiene recursos ocultos. Una vez que empieza descubrirlo, a pensar de qué manera pueden aplicarlos y cómo hacen impacto en su trabajo, se entusiasma.
Fuente: “Gotas de Aprendizaje de Liderazgo y Coaching”, Dionisio Melo
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