Publicado el 12-12-2008 por Antonio Peñalver, consejero delegado de People Excellence
Fuente: Cine de Gestión / Expansión y Empleo
Bajo una perspectiva de gestión empresarial, el último film de Dicaprio y Crowe, 'Red de mentiras' nos adentra en la soledad forzada del ejecutivo y en la confianza como elemento clave del trabajo en equipo.
En Red de mentiras, uno de los mejores agentes de campo del que dispone el Servicio de Inteligencia de los Estados Unidos en zonas calientes del mundo árabe, tiene que viajar hasta un peligroso mundo para sacar a la luz a un líder terrorista que ha organizado una campaña de bombardeos. Para conseguirlo, nuestro héroe tiene que depender de un veterano mandamás de la agencia con una doble moral y, por otro lado, trabajar en equipo con el jefe de la inteligencia jordana.
En las organizaciones empresariales la asunción de determinados retos requiere de profesionales que además de disponer de las competencias adecuadas, tengan espíritu emprendedor y sean capaces de asumir riesgos. Este tipo de ejecutivos, al que se asemeja nuestro agente de campo Roger Ferris ?interpretado por Leonardo DiCaprio? se caracterizan por asumir grandes dosis de aislamiento en su desempeño y precisar de un apoyo muy inteligente y generoso.
La soledad del ejecutivo
Por experiencia sabemos que los directivos y los profesionales autónomos, bien por su estatus o por la coyuntura organizativa, tienen más dificultades para sostener una conversación en confianza. Hablan, por supuesto, pero de forma muy cautelosa. Las conversaciones se evitan o se restringe la información al mínimo necesario para transmitir objetivos o asignar tareas.
En muchas ocasiones, la competencia y la supervivencia de la organización hacen que el débil sea expulsado. En el lenguaje actual de las corporaciones está bien visto ser duro, no necesitar ayuda u orientación para realizar la tarea. Pedir opinión o querer conversar no está bien visto. En la película, nuestros agentes americanos muestran los estereotipos de estos profesionales: el jefe es distante, tiene un estilo agresivo y se reserva la información. Por su parte, nuestro agente de campo es independiente y prefiere no comentar sus pasos por mucho riesgo que asuma. Entre ellos no hay comunicación fluida ni confianza y por lo tanto, aun siendo jefe y colaborador, no son transparentes entre sí.
Sin embargo, el liderazgo y el desarrollo profesional se afianzan facilitando la participación. Y la conversación es un vehículo clave. La misma genera vínculos entre las personas y agrega valor a la organización. Transformar la cultura del aislamiento entre ejecutivos en una cultura de participación se consigue, fundamentalmente, abriendo espacios de franca conversación.
La confianza para el trabajo en equipo
Una de las claves del éxito de la tarea de Roger Ferris para captar al terrorista ultra musulmán es la de colaborar con los servicios jordanos de seguridad, en especial con su máximo responsable. Y podemos justificar su relación como trabajo en equipo por que aunque sea por motivos distintos, tienen una meta común que les permite unir esfuerzos: acabar con ese terrorismo.
También se aprecia otro rasgo más de la constitución del equipo, se establecen normas de comportamiento y límites de su interacción en sus relaciones personales y profesionales que permiten contribuir al logro de los objetivos: la confianza mutua.
Esta seguridad la rompe Ferris cuando obvia información vital a los jordanos, sus compañeros de proyecto. El resultado es la ruptura y que cada uno actúe de forma descoordinada, llegándose a situaciones límite que, de la otra manera, no se hubiesen producido.
Sin duda, en la película no podemos hablar de que se haya constituido un equipo sinérgico puesto que el resultado, obtenido con muchas aristas, sería distinto si se hubieran sumado las contribuciones particulares. En este caso, uno de los principios de conducta establecidos para actuar como equipo, la confianza, no dirigieron el deber del grupo.
Red de mentirasDirector: Ridley ScottNacionalidad: Estados Unidos, 2008Género: Intriga
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